Una vez más, la coincidencia de una ola de calor con el desarrollo de la actividad lectiva en la educación no universitaria está poniendo en evidencia las deficiencias materiales de los centros escolares de nuestra comunidad autónoma. Deficiencias que son fruto de una dejación de décadas en materia de acondicionamiento climático de colegios, escuelas, conservatorios e institutos, por parte de la administración educativa de un territorio que registra habitualmente las temperaturas más altas de Europa occidental en meses como junio o septiembre y que por el contrario registra temperaturas muy bajas en determinadas comarcas durante los meses invernales.
La frecuencia cada vez mayor de episodios anómalos de calor extremo, derivados de un cambio climático cuya realidad se pregona desde las propias administraciones públicas y el creciente malestar de la comunidad educativa ante este problema, han llevado a la Consejería a hacer frente a esta realidad, de forma tardía. Desde el año 2017, y al amparo del Programa de Climatización Sostenible y Eficiencia Energética, se han acometido una serie de actuaciones en obras de mejora que apenas han afectado a unos 200 centros de los aproximadamente 4.650 de toda la comunidad, por lo que la inmensa mayoría de alumnos y docentes siguen desarrollando sus actividades en unos entornos arquitectónicos indignos que ponen en riesgo su salud. Y lo que es peor, seguirán haciéndolo durante años, de no acelerarse el ritmo de las actuaciones.
Por ello, ANPE exige a la Consejería de Educación que redoble, de forma patente, su compromiso en el desarrollo del mencionado Programa de Climatización Sostenible. E igualmente que prevea, con la suficiente antelación, la activación urgente e inmediata del Protocolo de actuación en el ámbito educativo ante olas de calor o altas temperaturas excepcionales, en días de alerta como los recientemente vividos en muchos puntos de Andalucía.
ANPE-ANDALUCÍA
