En la mañana de hoy, el vicepresidente de la Junta de Andalucía, Juan Marín, ha efectuado unas declaraciones en un programa informativo de una de las emisoras de radio de mayor difusión, en el sentido de una posible ampliación del curso escolar, más allá del 30 de junio. Preguntado por la inquietud de las familias respecto a la finalización del curso, en el contexto de la crisis sanitaria provocada por la pandemia del virus Covid-19, Juan Marín llegó a afirmar que si el curso acabara el 20 de julio, no pasaría nada y que simplemente se estaría un mes más estudiando.
Parece olvidar el señor Marín, probablemente obnubilado por los momentos de zozobra colectiva que estamos viviendo, la existencia del Decreto 301/2009, de 14 de julio, por el que se regula el calendario y la jornada escolar en los centros docentes, a excepción de los universitarios. Esta norma autonómica delimita claramente la duración temporal del curso académico o curso escolar, entre el 1 de septiembre de cada año y el 30 de junio del siguiente, estableciendo un número de 178 días lectivos para las enseñanzas de segundo ciclo de educación infantil, educación primaria y educación especial y de 175 para el resto de enseñanzas no universitarias.
No es posible, por tanto, ampliar el número de días lectivos o prolongar la duración del curso más allá del 30 de junio, sin modificar este Decreto, para lo que se tienen que seguir una serie de trámites legales, imposibles de acometer en la situación que estamos padeciendo. Ni tampoco parece de recibo que desde Andalucía se proponga una medida de tan importante calado, ignorando previamente el parecer del Ministerio de Educación y Formación Profesional, o el del resto de comunidades autónomas, en la Conferencia Sectorial de Educación.
Ignora igualmente el señor Marín que la actividad lectiva no se ha suspendido, desde el inicio del Estado de Alarma, y que esta se sigue desarrollando mediante procedimientos telemáticos. Las declaraciones del vicepresidente autonómico suponen un menosprecio a la labor que el profesorado está desarrollando, con gran dificultad desde sus domicilios, y sólo contribuyen a crear confusión y a desprestigiar la función docente.
Y todo ello, sin olvidar que la práctica totalidad de los centros educativos andaluces carecen de condiciones adecuadas para desarrollar con normalidad una actividad lectiva presencial durante el mes de julio, sin poner en riesgo la salud del alumnado y de los docentes a su cargo.
Por todas estas razones, desde ANPE-Andalucía instamos al Gobierno Andaluz a que despeje urgentemente toda duda en torno a lo que esperamos no haya sido más que una desafortunada ocurrencia.
Sevilla, 29 de marzo de 2020.
ANPE-ANDALUCÍA